jueves, 6 de septiembre de 2012

LA TORRE NEGRA



CAPÍTULO 2
 
 
Al despertar no supo cuánto tiempo había permanecido dormido, pero se encontraba en una habitación desconocida, tumbado sobre el mullido colchón de una cama de madera.
Se incorporó despacio y miró a su alrededor. Junto a la cama había una mesilla con un candil de aceite y una jarra y un vaso de cristal. En el otro extremo del dormitorio había un escritorio de madera medio apolillado y una silla, en apariencia, tan vieja como el escritorio y algo más allá, junto a la pared un enorme baúl de nogal con remaches de cobre.
Ric se levantó con cuidado y se acercó al escritorio, que estaba lleno de libros de pastas de cuero y papeles amarillentos. Iba a coger un libro de tapas azules, cuando la puerta de la habitación se abrió y Damien entró arrastrando una larga capa bermellón por el suelo de piedra gris.
—Por fin has despertado —sonrió el vampiro con un gesto cruel en los labios. —No creí que mis amigos llegarían a agotarte tanto.
Ric se estremeció al recordar a las viscosas criaturas pero intentó disimularlo.
—Fue un encuentro interesante —dijo tomando el libro que había estado a punto de coger unos instantes antes.
—¿Sí? —preguntó Damien sonriendo aún más. —Siempre que quieras puedes repetir la experiencia.
El joven le miró de reojo y su rostro asustado hizo reír al vampiro.
Rápidamente abrió el libro para intentar desviar la conversación.
—Parece un diario —dijo mirando el cierre roto.
—Así es —contestó Damien.
Ric lo hojeó un momento y luego se detuvo en una de las últimas páginas.

"Soy devoto de la luna
hijo de la eterna oscuridad.
Mis noches son de ónice y plata,
de sangre, lujuria y soledad"
Leyó en voz alta y luego miró al hermoso vampiro.
—¿Quién escribió eso? —preguntó sorprendido.
—Eso sólo son desvaríos de una mente enferma —respondió Damien con voz tensa.
—¿Quizá la mente de mi antecesor?
—Ha habido muchos antes de ti —contestó con voz tranquila, pero Ric pudo distinguir una mirada extraña en sus ojos fríos.
Sin embargo, el vampiro se giró bruscamente y salió de la habitación sin mirar atrás.
Una hora después, la puerta volvió a abrirse, pero no era Damien quien venía a buscarlo sino otro joven de cabellos negros y ojos tan verdes como las esmeraldas.
—Damien quiere que me acompañes —dijo con una voz melodiosa.
—¿Quién eres tú? —preguntó Ric, atónito.
—No tengo por qué responder a las preguntas de un esclavo —respondió el muchacho con altivez.
—Está bien —concedió Ric resignado. —Pero, ¿puedo saber al menos, cuál es tu nombre?
El joven le miró con sus penetrantes ojos y luego respondió.
—Zhaoran.
Le condujo por corredores que parecían laberintos, bajaron escaleras cuyos peldaños estaban pulidos por los pies de miles de personas y llegaron a un sótano apenas iluminado por las antorchas que colgaban de las paredes.
Ric miró a su alrededor con la sempiterna curiosidad que lo caracterizaba y vio una extraña máquina pero fue incapaz de imaginar su utilidad. Era de madera y tenía unos mecanismos, en apariencia, complicados.
Damien estaba junto a la máquina y su sonrisa volvía a ser cruel.
—Gracias, Zhaoran —dijo mirando al muchacho de negros cabellos.
Se acercó a Ric y tomándolo por el brazo, hizo que se recostara sobre el extraño artilugio de madera. Con un gesto le indicó que extendiera los brazos por encima de la cabeza y cuando Ric obedeció, aprisionó sus muñecas con grilletes de bronce. A continuación, colocó cada una de las piernas de su esclavo sobre los brazos articulados de la máquina y también sujetó sus tobillos con grilletes.
—Zhaoran —dijo Damien simplemente y el hermoso joven tomó la manivela que había a un lado del aparato. Cuando comenzó a girarla, los brazos articulados se empezaron a mover elevando y separando las piernas del cautivo hasta dejar completamente expuestos sus genitales y el ano.
—Bonita vista ¿no crees, Zhao? —sonrió Damien con lascivia.
Zhaoran sonrió también pero no había ni rastro de crueldad en sus facciones delicadas.
—¿Qué queréis de mí? —dijo Ric intentando reprimir los temblores de sus músculos tensos.
—Quiero que seas mío en cuerpo y alma —susurró Damien con su voz profunda. —Quiero arrebatarte la voluntad y la razón para que te conviertas en una mascota cuya máxima aspiración sea satisfacer mis deseos.
—Eso no sucederá nunca —repuso Ric con firmeza.
El alto vampiro rió divertido.
—Ya está pasando y ni siquiera te has dado cuenta.
—¡No es verdad! —gritó furioso el joven prisionero.
—¿No? —dijo Damien alzando una ceja. —Te lo demostraré enseguida.
Se acercó a Zhaoran y sin mediar palabra empezó a desnudarlo. Una vez que estuvo completamente desnudo, lo abrazó y le acarició la piel suave y dorada. Permanecieron así un momento y luego, Zhaoran se apartó y le quitó a su amante, la casaca de cuero rojo y la camisa de lino, dejando al descubierto un poderoso pecho de músculos perfectamente delineados.
Las manos del joven de cabellos oscuros recorrieron lentamente los pectorales de Damien y se detuvieron para pellizcar los pezones hasta que se pusieron duros. Después, se agachó para desatar los cordones del pantalón y terminar de desnudar a su compañero.
Una vez que los dos estuvieron desnudos, volvieron a abrazarse y sus labios se unieron en un apasionado beso. Ambos cuerpos buscaban el contacto con la piel del otro, haciendo que el sudor que resbalaba lentamente por sus brazos, el pecho y el vientre, se mezclara.
Momentos más tarde, Damien separó sus labios y comenzó a lamer el cuello de Zhaoran muy despacio, le mordisqueó el lóbulo de la oreja y continuó lamiendo a lo largo de la línea de la mandíbula hasta volver a los labios.
Ric observaba la escena sintiendo cómo la excitación se apoderaba de él por más que trataba de impedirlo. "No puede ser" pensaba horrorizado. "Tiene que ser esa extraña magia que utiliza". Cerró los ojos intentando evadirse de lo que sucedía junto a él, pero era imposible dejar de oír los gemidos de placer que escapaban de las gargantas de los dos amantes.
Cuando volvió a abrir los ojos, Damien estaba mordiendo los pezones de su joven compañero cuyo rostro reflejaba el placer que sentía en esos momentos. Después de un rato, Damien apartó la boca de los enrojecidos pezones y Zhaoran se arrodilló frente a él y comenzó a lamerle los testículos y la polla una y otra vez, hasta que estuvo completamente empalmada. Entonces, se puso de pie y rodeó el cuello de su amante con los brazos. Damien le alzó las piernas hasta que éstas le rodearon la cintura y muy despacio, le introdujo el pene en el ano. Luego, comenzó a embestirle cada vez con más energía hasta que los movimientos de sus caderas se volvieron frenéticos y Zhaoran empezó a gemir sin control. Ric sentía su pene tan duro que le resultaba doloroso y su rostro ardía por una mezcla de excitación y vergüenza.
Por fin, Zhaoran se corrió lanzando un grito de intenso placer y poco después, también lo hizo Damien. Estuvieron abrazados unos momentos más y luego, el alto vampiro, se acercó a Ric y apoyó el dedo en la punta de su pene erecto. Lo movió suavemente haciendo círculos y Ric, sin poderse reprimir, eyaculó.
—Buen chico —sonrió Damien llevándose el dedo manchado de semen a los labios y saboreándolo- Sabía que eras de naturaleza libidinosa. Ahora veamos qué podemos hacer por ti.
Ric giró la cabeza para no ver su sonrisa sarcástica y su rostro enrojeció de rabia e impotencia.
—Zhaoran ¿quieres empezar tú? —preguntó Damien con gesto indiferente.
El muchacho no contestó pero se acercó al cautivo y de pronto, su figura delgada y flexible se convirtió en el cuerpo de un lustroso gato negro. De un ágil salto subió a la máquina de madera, se acercó al pene, ahora fláccido, del esclavo y comenzó a lamerlo con su lengua áspera. Enseguida la polla volvió a erguirse y Ric se retorció de placer. En ese momento, Damien se inclinó sobre él y empezó a lamerle el ano, introduciendo de vez en cuando la lengua dentro de él.
Ric comenzó a gemir suavemente a pesar de que apretaba los dientes con fuerza y Damien se incorporó para sonreírle con burla.
—Así que no estás disfrutando nada ¿verdad? —le dijo con ironía. Luego, le paseó su miembro erecto por la raja y lo frotó un par de veces antes de meterlo en el ano de un brusco empujón. El dolor fue intenso y Ric gritó al sentir cómo era desgarrado por dentro.
—Shh —le silenció Damien. —No es nada, enseguida me pedirás más...
Las embestidas continuaron y cada vez eran más profundas, más rápidas. Muy pronto el dolor menguó y fue sustituido por un placer indescriptible que nunca antes había sentido. Su cuerpo temblaba de embeleso y los gemidos surgían ininterrumpidos de su boca abierta, jadeante.
Por un instante se imaginó que el tiempo se había detenido y que siempre estaría así, con la lengua áspera del gato, en el que se había convertido Zhaoran, lamiendo su pene y sus testículos y con el pene enorme de Damien penetrándole y desgarrándole las entrañas.
Las sensaciones eran demasiado intensas y le pareció que caía en un pozo negro cuando la negrura se cerró sobre él una vez más.

9 comentarios:

  1. madre miaaaaaaaaaaaaa quisiera saber si esto es traducción de un libro o solo tu imaginación pero por cualquiera de los dos mi felicitaciones es genial me encanta gracias nena

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  2. Me alegro de que te haya gustado, Mistral. Todos los relatos del blog son fruto de mi imaginación. Por desgracia, no tengo ni idea de inglés así que no soy capaz de traducir nada. Besos.

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  3. Uffff!!!! me has dejado pidiendo agua agua, que agua una ducha fría es mejor, te pasaste Minu, te felicito escribes sexy, caliente, el momento fluye y tu lo transmite de manera directa, precisa,,,,estoy en ascuas con tu historia.

    Gracias linda.
    (Mistral mi Sensei mira donde nos encontramos jejejeje)

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  4. Muchas gracias, Vikinga, continuaré con la historia en cuanto pueda. Besos.

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  5. Hola Minu lo dicho no puedo dejar de leerla,no hay derecho me gusta leerlas cuando estan completas pero ya tengo ganas de saber que mas va ha pasar,las otras no las empezare por si acaso!!!! porque si no me morire de nervios por la espera,gracias por el gran capitulo,besossss...

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    1. Buenooo, es que soy un poco pesada para continuar las historias, se me van ocurriendo otras nuevas y me pongo a escribirlas para que no se me vaya la idea y a veces, tardo bastante en actualizar. Por eso a mí tampoco me gusta nada leer por capítulos, jajaja.

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  6. Bueno tu escribe tantas como se te ocurran y tarda lo que convenga y te venga la inspiración eso ha mi me alegra,lo unico que seria una pena no poder acabar de leerlas como me paso con algunas por x causas,por eso y las ansias no las leo por capitulos a no ser que me enganche como esta jejejjjj bueno no me enrollo mas solo darte las gracias por lo felices que nos haces,besossss...

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  7. mas interesante jejeje!!! te digo que no soy muy asidua a leer BDSM pro me esta gustando

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    1. Hola, Eilyno. Pues la verdad es que yo tampoco soy lectora de BDSM, pero éste lo empecé a escribir para un amigo. Besoss.

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